domingo, 17 de abril de 2011

ENFOQUES PSICOTERAPEUTICOS Y EL DIAGNOSTICO

-Consideraciones generales y un acercamiento a una visión integrativa-
Desde que surgieron los primeros estudios ‘científicos’ sobre el ser humano, se ha tratado de mejorar y tener mejores resultados a través de la experiencia, práctica y filosofía de quienes se han dedicado a tratar a los individuos, y ante esto también han existido contrapuntos entre científicos y médicos, incluso los debates filosóficos que pudieron existir sobre el hombre en la antigua Grecia pudieron mostrar la diferencia de ideas que cada sujeto tenía sobre nuestra existencia.
         Freud empezó a distinguir que los trastornos mentales tenían una génesis inconsciente, y separa de una manera importante a la psicología de la psiquiatría, le da importancia a los procesos psíquicos y le da un fundamento a la conducta del ser humano; mientras, otros psicólogos seguían haciendo investigación y escribiendo principios a partir de reflejos y la asociación de estímulos como parte fundamental de la actividad humana, no brindándole importancia a los procesos subjetivos ya que no al no ser medibles ni observables no podían formar parte de la ciencia de la psicología. Después que Freud planteó su teoría y dictó los principios básicos que le dan forma al psicoanálisis, muchos psicólogos se avocaron a seguirlo y otros tantos a contradecir o variar sus puntos de vista; es entonces que se empiezan a desarrollar otros postulados psicológicos que tratan de describir al ser humano para entenderlo y ayudarlo con sus problemas psicológicos.
         He considerado que para aquellos que nos dedicamos a la psicología y tenemos una afinidad con alguna teoría, la abrazamos porque es la que mejor responde nuestras preguntas existenciales, en mi interpretación esa es la razón por la cual nos dirigimos hacia a algún enfoque específico, pero en la práctica podemos ir respondiéndonos otro tipo de preguntas que nos pueden poner en una disyuntiva acerca de la efectividad de nuestro método; es entonces que llegamos al punto de evaluar y confrontar a los diferentes enfoques, y saber qué tan útil puede ser uno o el otro.
         Ante todo, se hace una evaluación del paciente, desde el primer momento y en la observación inicial se puede generar un juicio sobre la estructura del individuo, y una vez que se escucha el motivo de consulta la orientación de la terapia vislumbra un rumbo. En la práctica del psicoanálisis existen entrevistas previas antes de que el paciente pase al diván con la regla básica de la asociación libre, esto ayudará al analista a determinar la viabilidad del proceso psicoanalítico. Freud escribe en “Sobre la iniciación del tratamiento” (1913) que: “… con los enfermos de quienes sé poco, he tomado la costumbre de aceptarlos sólo provisionalmente, por una semana o dos… uno sólo ha emprendido un sondeo a fin de tomar conocimiento del caso y decidir si es apto para el psicoanálisis”. Y continúa aclarando que: “La iniciación del tratamiento con un periodo de prueba así, fijado en algunas semanas, tiene además una motivación diagnóstica.” Asimismo, Freud refiere que psiquiatras pueden caer en un error diagnóstico, pero esto bien sólo podría ser un error teórico, y su diagnóstico no tendría más que un interés académico, pero para el psicoanalista “… en el caso desfavorable ha cometido un yerro práctico, se ha hecho culpable de un gasto inútil y ha desacreditado su procedimiento terapéutico. Si el enfermo no padece de histeria ni de neurosis obsesiva, sino de parafrenia, él no podrá mantener su promesa de curación, y por eso tiene unos motivos particularmente serios para evitar el error diagnóstico. En un tratamiento de prueba de algunas semanas percibirá a menudo signos sospechosos que podrán determinarlo a no continuar con el intento.” Pues bien, en esta larga cita que he hecho sobre el texto de Freud, se encuentra un fundamento importante sobre la relevancia de la impresión diagnóstica antes de continuar con el tratamiento, consideración que debe tomar en cuenta el terapeuta de cualquier enfoque antes de realizar cualquier movimiento.
         Hay enfoques terapéuticos que no trabajan con diagnósticos, y siendo así, no compartirían la visión de los principios freudianos y el psicoanálisis, pues bien, siempre habrá que tener en cuenta consideraciones médicas (biológicas) que pueden hacer imposible la terapia, ya sea la esquizofrenia, el retraso mental o una depresión mayor; en ese sentido las ciencias de la salud trabajan en conjunto y no podríamos hacer a un lado las consideraciones globales (biopsicosociales) que distinguen al ser humano. Entonces, un principio para determinar nuestra técnica en caso de que tengamos una visión ‘ecléctica’ de la psicología es hacer un diagnóstico de la funcionalidad psíquica del sujeto, una vez teniendo en cuenta tal, podemos andar con cualquier estrategia.
         Milton Erikson, con base en sus trabajos con la hipnosis, la sugestión y lo estratégico, podía llegar a hacer intervenciones desde el primer contacto que tenía con el paciente, esto contradeciría a cualquier recomendación de la práctica de la psiquiatría clásica, y cualquier recomendación freudiana; en este caso yo puedo decir que el primer diagnóstico que hacía Erikson era sólo con ver o escuchar al sujeto, podía tener una sagacidad sumada a la propia experiencia que podía entender algo del contexto de la persona y usarlo a su favor, además que por lo regular ese tipo de intervenciones siempre eran ‘positivas’, o sea, que fuese cual fuese la situación a tratar era más viable que le causara un bien o sino, por lo menos no iba a afectar negativamente la problemática del sujeto. Esto nos está diciendo que el diagnóstico parte porque hay un sujeto, en ese sentido, su sola aparición del mismo en nuestro espacio terapéutico puede decirnos mucho.
         Para la psicología sería una pérdida desechar cualquier conocimiento que ha hecho que la ciencia crezca, los conocimientos que Freud compartió a partir de sus observaciones se basan en el análisis del discurso del sujeto ‘enfermo’, le dio un sentido a lo ‘inentendible’; e incluyendo a la sexualidad como parte fundamental del devenir humano integra al sujeto como esa entidad completa sin una separación ‘cuerpo-mente’; ese mismo entendimiento que culturas orientales también poseían. De la misma forma, las visiones humanistas, estratégicas, gestalt, terapias basadas en soluciones o la terapia narrativa nos brindan nuevas ideas de cómo involucrarnos con el paciente o el sujeto en el campo del lenguaje, incluyendo a la vez esos mismos conocimientos que resaltó Lacan en cuanto a la importancia del lenguaje en la estructuración de psique. Así, podemos decir que el psicoanálisis tiene una práctica muy específica debido a todos los principios en cuanto a la dinámica psíquica que se han descrito hasta ahora, por lo que no es viable un cambio drástico en su ejercicio, pero aquellos que practican la psicoterapia pueden hacer uso de muchas herramientas de una manera responsable, conociendo todas las implicaciones que el tratamiento puede tener con el paciente.
Bibliografía
Freud Sigmund, Obras completas: Sobre un caso de paranoia descrito autobiográficamente (Schreber) : Trabajos sobre técnica psicoanalítica y otras obras (1911-1913) 2da edición, 11va reimpresión. Buenos Aires, Amorrortu,2007. Pag. 125, 126.

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