martes, 29 de marzo de 2011

UNA VISION DEL PROBLEMA EDUCATIVO

Por lo que nos ha enseñado el psicoanálisis, podemos estudiar cualquier hecho humano a través del entendimiento de lo inconsciente; y la educación es uno de estos hechos. La educación es una de esas disciplinas que en México nos ha dado mucho de qué hablar, por la forma en que el país se dirige pareciera que hay principios que no se aplican como deberían, y como regularmente se menciona en los discursos políticos hay un rezago educativo. Pero ¿a qué se refieren con la frase de ‘rezago educativo’? Pues que la educación no le llega a todos los habitantes, que hay aún miles de analfabetas, que muchos apenas logran alcanzar la primaria o la secundaria y que hay bajos niveles de aprovechamiento con base en las estadísticas que reflejan las evaluaciones de las diferentes materias y ciencias; pero entonces ¿qué es lo que pasa con los mexicanos que entran en estos números? ¿Es realmente una falta de oportunidades? Podríamos responder que a la clase que sustenta el poder le interesa que los mexicanos ‘no piensen’, que sigan sin preparación intelectual alguna, y de esta forma seguir conservando el poder; pero este planteamiento sería demasiado reduccionista, después de una independencia y una revolución debería haber algo más para que sigamos con niveles de educación bajos.
         Me hallo entonces una vez más en los terrenos de aquel análisis social que hace Octavio Paz en “el laberinto de la soledad”, esta falta de identidad del mexicano con sus propias raíces, no siendo “ni de aquí, ni de allá”, un mestizo que sigue buscando la aceptación del padre pero ‘odiándolo’ a la vez, y añado: viviendo en un ‘matriarcado’ que le permite todas aquellas cosas que el padre le pudiera prohibir. Hemos comprobado en varias ocasiones que la falta de orden y disciplina distinguen al mexicano, lo notamos en el descuido del gobierno en cuanto a sus funciones (calles con baches, lámparas sin electricidad, aquello que llamamos burocracia, etc.), lo notamos en el desorden social cuando existen eventos masivos, en la inseguridad, en los continuos fracasos que notamos en varias disciplinas, en la misma pobreza y la mendicidad. La corrupción es uno de los mecanismos adaptativos para hacer frente a esa falta de orden, a esa necesidad de alcanzar lo más por lo menos, esa necesidad de seguir rigiéndonos bajo el principio del placer, sin esforzarnos.
         La educación también está involucrada en esta dinámica, no es la política educativa, no son los programas, sino lo que influye en gran medida es la visión que los mexicanos tienen de la misma, pareciera una imposición parental más que una oportunidad para aprender y adquirir conocimientos que no se tienen en casa; para muchos niños, la escuela es una obligación, así como para los padres se vuelve una obligación insatisfactoria ir a su trabajo o incluso mantener a sus propios hijos. Entonces, puede existir un juicio acerca del almacenamiento de datos que implica el aprendizaje en la escuela, uno de estos juicios podría ser que esos conocimientos son cosas inservibles que no tienen una utilización práctica, y hay un desdén sobre los contenidos que se enseñan en la escuela. Y con ese mismo menosprecio hacia el conocimiento, también parece que hubiera un menosprecio hacia el desarrollo cultural, científico y emocional del individuo, cosas que son indispensables en la naturaleza del ser humano, son instancias que nos distinguen de los demás animales. Y es entonces que vemos que hay un apego significativo a las conductas placenteras, aquello que está fuera de los confines de lo que llamamos trabajo, esfuerzo, dedicación; y que si bien es inherente al ser humano, también demuestra una fijación y un retraso en la evolución del sujeto. Pero entonces, ¿esa fijación es a partir de una prolongada satisfacción o por un encuentro insatisfactorio causante de angustia? En lo social podría argumentar la respuesta a partir del ‘gran’ significante que representa la madre para el mexicano, y asimismo extendiéndose con el peso específico de la familia; notamos que puede ser generador de culpa, de goces ‘sádico-masoquistas’, de una visión egocéntrica, y de fantasías alrededor de la idealización de un padre omnipotente, cosa que notamos en la necesidad de tener el poder, dinero y de esa visión paternalista que se tiene del gobierno.
         En la parte individual, existe una preocupación de los educandos acerca de los conflictos que presenta su propia familia; como bien lo saben aquellos que han estudiado a niños con problemas aunado al fracaso escolar, los niños, adolescentes o jóvenes que tienen dificultades escolares por lo regular presentan conflictos domésticos y eso los hace desatender sus deberes en el aula, se preocupan más por resolver o por imaginar lo que va a pasar o está pasando en casa que por querer desarrollarse como alumnos, individuos o profesionistas.
         Con base en esto, el problema educativo está en no aceptar (o reconocer) la dinámica psíquica en cuanto a lo inconsciente, y asimismo en no avanzar en la visión de las posibilidades que se nos presentan a partir del conocimiento, dándole solamente valor a aquello que representa el poder y el goce. Obviamente, querer un cambio ‘macro-social’ es más bien algo utópico, o por lo menos algo que conlleva muchas décadas para que eche raíces, aún así, es importante sembrar la idea y pensar en transmitirla y enriquecerla. Lo más asequible es entender que la efectividad del acto educativo depende de cada persona, me parecen inútiles los discursos que hablan acerca de los proyectos educativos que van a cambiar o revolucionar la educación en México, programas como los de la inclusión del inglés y la computación se quedan cortos si no hay un verdadero interés por parte de los ciudadanos por aprenderlos, podemos apreciar que muchos niños aprenden más acerca de la computadora en casa que en la escuela, cosa que se relaciona con ese aprendizaje significativo. Hay que tener entonces un interés por darle relevancia a la salud mental de las familias, por seguir abriendo espacios a la cultura y a la ciencia, por inculcar la noción de utilidad al conocimiento; y en cuanto a la psicología se refiere, seguir validando la importancia de lo inconsciente en nuestros actos, así como sumar la visión de los diferentes enfoques para la atención de los educandos.

martes, 22 de marzo de 2011

“AUN” -LA ESTRUCTURACION DEL ESTATUS PSIQUICO A TRAVES DEL LENGUAJE-

Nota: El título referido en este ensayo, no tiene una relación directa con el seminario de Lacan del mismo nombre.

Haciendo cita de la palabra “aún” se pueden esbozar varias ideas con respecto al efecto que el lenguaje tiene sobre las personas. Para iniciar rápidamente con un ejemplo del mismo, se puede retomar el efecto que podría provocar la palabra ‘aún’ en una persona. El ‘aún’ tiene que ver con el hecho de la prolongación de un hecho, el mantenimiento ‘vigente’ de un evento, lo que en un momento dado representaría una esperanza. Esta esperanza provoca un efecto psicológico muy importante, puesto que mantiene a la persona abrazando su fantasía de sujetar algo que siente indispensable, y más aún si piensa que lo puede perder.

         Para el psiquismo de la persona, el ‘aún’ es algo que hace que aquello que aún está signifique permanencia, o en un momento dado, “vida”. Es importante comentar que dependerá mucho de aquello que ‘aún’ permanece. Si se habla del amor, y del amor que aún permanece del objeto amado hacia el sujeto amante, y con la posible pérdida del amor; este ‘aún’ hay amor, hace extender el efecto de la presencia del afecto. La esperanza por preservar lo que aún hay hace que la persona movilice diferentes mecanismos adaptativos que en tempranas etapas de la vida es estructurante; y es importante a la vez, los efectos fisiológicos que acompañan al estado psicológico, así como también las satisfacciones concomitantes, sobre todo sexuales. Aquellas percepciones internas concientes o inconscientes tienen un efecto parecido a los de las  drogas (estímulos externos que se introducen) sobre el organismo y el psiquismo, así, se refuerza por una parte los mecanismos psicológicos puesto que también se asocian a un estado placentero del orden orgánico, o en su defecto, si existe una estructura masoquista, también el displacer será un aliciente para la persona.

         Las palabras tienen un efecto trascendental para la persona que las escucha, el lenguaje en general forma parte de toda la construcción de la personalidad. Un ‘te amo’ va a hacer que la persona amada se sienta deseada, esto a su vez acarrea una excitación y el reforzamiento de un narcisismo que crece a la par de la significación que la persona se da a sí misma. Con las palabras de aprobación y la calidez de las mismas el individuo crece aceptando sus conductas como positivas y se vuelven un medio de reaseguramiento del amor y del sentirse identificado y parte de otros (familia), esto, mezclado con el concepto que la persona tenga de sí misma; por ejemplo, el verse ante un espejo y con el valor que la cultura da a las características corporales hace que la persona se amé por ser como es o se deteste o critique por verse en un reflejo que no le agrada. Una vez más, el valor que se le da a lo que se le pone nombre y se juzga estructura la manera en que el individuo se vivencie a sí mismo y por consecuencia, lo que de esto proyecte en sus relaciones.

         Por otro lado, un ‘te odio’ cae en la persona como una pesada losa que podría significar un rechazo violento, y por lo tanto también podría desembocar en una respuesta violenta, con una agresión que también podría llevar en sí, el rechazo de la persona hacia sí misma, como si existiera una identificación con las palabras de aquel que odia. O un ‘no te quiero’ puede producir un sentimiento de desesperanza que hace que la persona no se sienta valiosa, ni parte de un grupo, parte de su padre o madre o de cualquier sistema. El niño, al extender su visión del mundo y ya no solo ubicarse en el contexto familiar, puede trasladar estas palabras y la lógica de que sí una persona puede expresar una frase de rechazo, otras personas también tienen la misma posibilidad de hacerlo, sobre todo si ha escuchado en su medio ambiente a diferentes personas con expresiones semejantes. Así, la persona condicionará su conducta a razón de no escuchar esa frase que a la vez estructuró una personalidad con mecanismos defensivos como la represión, la proyección, la formación reactiva o la anulación; estas defensas tienen como objetivo la esperanza de recuperar el amor, y esto debido precisamente a otra forma de lenguaje, el corporal.

         Cuando existen padres ambivalentes, es común que los hijos busquen continuamente reaseguramientos contra la angustia de no ser queridos. Y así como se reciben comunicaciones de desaprobación o amenazantes acerca de retirar el amor, también hay mensajes que contienen afecto y con tendencia hacia la aprobación; así, se mantiene hasta cierto punto un ‘aún’ inconsciente que busca el amor de los padres, el individuo crece con la idea de realizar cosas que sirvan para ganarse el afecto. Obviamente, hay una gran cantidad de angustia acompañando estos intentos de conducta, y a su vez, una gran timidez e incertidumbre acerca de si lo que se hace esta ‘bien’ o ‘mal’. La angustia entonces, entorpece la efectividad y la espontaneidad de las conductas a realizar, la persona entonces, se cree incapaz de alcanzar lo deseado.

         Las palabras también pueden no tener un solo sentido, sino que al ser acompañadas de ironía contienen un doble significado que crean una confusión, por una parte es captada la literalidad de las mismas, y por otro lado se capta la intención y lo mas subjetivo y abstracto del mensaje. Los niños al no tener completamente desarrollada la habilidad de entender los mensajes irónicos de los adultos adaptan los mismos conforme a su propio entendimiento, esto es, la palabra junto con una emoción, enojo, tristeza, alegría; pero como el mensaje expresado por el adulto no contiene precisa o puramente este afecto, los niños se desconciertan con la conducta seguida después del mensaje expresado; por ejemplo, los niños ya saben las conductas de los padres cuando se enojan, a lo mejor los golpean, les dejan de hablar o los regañan; en este caso, cuando son irónicos, probablemente después de lo que han dicho, los padres sonrían, canten, prosigan con lo que están haciendo, etc.; esto no tiene lógica para el niño, lo que lo lleva a desconfiar de los padres y probablemente de los adultos.

         Los gestos, movimientos, emociones de las personas son captados e interpretados de acuerdo al estadio evolutivo del individuo, así como a su naciente, en desarrollo o determinada estructura de personalidad, entonces, es un encuentro de palabras y significaciones en el inconsciente, es por esto de lo subjetivo de las reacciones de cada individuo ante los mismos o diversos hechos. Tal vez esto tenga relación con aquello que haría alusión a Lacan acerca de que una plática entre dos personas es un encuentro de 2 monólogos.

         El medio por el cual los seres humanos conocen el mundo es el lenguaje, la cultura, por lo mismo, es parte de la constitución como especie; la parte animal, instintiva, es lo que lleva al hombre a vivir biológicamente, a mantenerse como especie, así, ambos, son los referentes primordiales de la personalidad. Todo aquello que tiene que ver con el placer y la supervivencia es imperativo para el ser, el lenguaje es entonces lo que trastoca todo lo biológico filogenéticamente determinado. Así, los instintos se vuelven pulsiones, y tienen nombre, y son viables entonces a ser reprimidas, y pueden ser coartadas como intención voluntaria, pero una expresión deformada encuentra la forma de mantener la satisfacción parcial de aquello biológicamente dado. Es por esto que el psicoanálisis hace hincapié en la sexualidad, y por otro lado en las reacciones agresivas, ya que tanto el hambre y la sed como pulsiones (instintos) de vida no tienen una marca despectiva por parte de la sociedad, así, la sexualidad como instinto queda sola como representante animal inherente a todo ser; y si ésta es inhibida por la cultura y sus derivados, entonces el funcionamiento global del organismo y el psiquismo se perturba, y entonces, se encuentran sustitutivos que por lo regular son insatisfactorios para los sujetos.

         Entonces, el psicoanálisis no tiene ese ‘fin perverso’ en descubrir la sexualidad de las personas, sino tiene el objetivo de retirar los juicios derivados de la cultura que prohíben el desarrollo natural de la sexualidad y su expresión. Pero lo que crea una mayor resistencia es aquel afán humano de preservar el amor “desexualizado” de los padres, o de un representante mayor (dios). Para el infante es más importante sus satisfacciones orales o anales que las genitales, es por esto que prefieren el tipo de amor que los padres le dan a esa edad, pero que en resumen, sigue siendo parte de una satisfacción sexual propia de ese estadio evolutivo; así, las personas fijadas psicológicamente en tales estadios, llegan reprobar la sexualidad genital (con sus componentes psíquicos) ante el miedo y angustia que les provocaría satisfacciones diferentes a las orales o anales, es entonces, un reaseguramiento que es tan importante en sus vidas que se mezcla con su personalidad y ‘principio’ de vida.

domingo, 13 de marzo de 2011

EL ACTO DE TIRAR Y LA BASURA

En varias ciudades de México se puede notar que el problema de la contaminación por basura es una situación de interés primordial para las autoridades y la comunidad misma, cada vez hay mas desechos, los cuales podrían ser parte del consumo ‘normal’ por parte de la población con base en sus hábitos, pero además, hay personas que tiran basura en la calle, la desechan sin considerar que las banquetas y las vialidades se vuelven menos funcionales para su uso, además de contaminar el ambiente. Entonces, se podría plantear la pregunta sobre qué sucede en la dinámica psíquica de aquellos individuos que arrojan desechos de manera irresponsable y continuamente en la vía pública generando un problema comunitario.

         Una vez más el inicio de las explicaciones psicológicas se sitúan en la primera infancia, en aquella etapa donde los bebés empiezan a interactuar con el mundo y son regidos por el principio del placer, donde todo aquello que es placentero lo incorporan y aquello que les es insatisfactorio lo desechan, lo ‘escupen’, cosa misma que es la base del mecanismo de proyección. Este proceso queda impreso en la estructura psíquica mientras el individuo sigue madurando física y psicológicamente; en la etapa anal, el acto de retención y expulsión le puede dejar al niño una fijación sobre estas dos funciones asociadas sin duda a un placer sexual inconsciente. Para la etapa fálica y la resolución del Edipo el pequeño ya habrá empezado a tener hábitos que son propios de las etapas anteriores y que pueden permanecer duraderamente si son reforzados por la ‘ganancia secundaria’ de su conducta con base en los simbolismos que surgen de la dinámica familiar, y también si no existen los parámetros educativos que regulen las conductas anárquicas y disfuncionales.

         En las etapas infantiles, la madre tiene una gran responsabilidad sobre las conductas del niño, sobre todo porque pasan más tiempo con ellos además de la liga de amor ‘edípico’ que existe, este último factor es determinante, ya que si el niño no tiene una represión efectiva sobre ese afecto edípico que tiene sobre su madre seguirá ‘gozando’ del poder y los derechos con que se cree, y se le dificultará más ese ingreso a las regulaciones de la ley y su cultura que el padre puede proveerle. En este sentido las referencias primarias que son el padre y la madre son el primer ejemplo a seguir para la identificación que va dándole forma a la personalidad, y si estas figuras son a la vez personas descuidadas, desordenadas e irresponsables el niño seguirá ese camino. Estas características citadas se relacionan igualmente con el principio del placer, donde no hay un compromiso con el medio que le rodea, el principio de realidad pasa a un término secundario, el individuo sigue disfrutando de la dependencia a “un otro” (que podría ser la madre) sin notar o hacer consciente su responsabilidad, quedándose al nivel del niño que sabe de los efectos que su conducta tiene sobre el ambiente, pero que al mismo tiempo es ‘inconsciente’ de las repercusiones ex post facto; esto tiene que ver con el significado que se le da a un desecho ligado al significante de lo desagradable (propio de la etapa oral) y de lo que no sirve pero que a su vez es placentero (de la etapa anal), entonces, ese desecho puede concebirse como una ‘carga’ que hay que tirar en el momento que estorbe, no importando el lugar que fuese.

         Por otro lado, la calle o un área pública que sirven de basurero también obedecerían a un significante en aquel sujeto que desecha basura en ellas; ya se había comentado que el padre es aquel que tiene la función de introducir al niño en la cultura y de inscribirlo en una sociedad, por lo que si el padre no lleva a cabo esta función es difícil que el individuo se sienta como parte de la misma, y por lo tanto, es ajena, un ‘lugar de nadie’ cuyos espacios no pertenecen al sistema personal. La calle es el depositario de lo que estorba, de lo que ‘ya no sirve’, de lo que ya no se quiere llevar consigo, y al ser la misma algo tan ‘fuera’ de sí (tan ajeno), funciona como un recolector  de desechos.

         Asimismo se puede considerar una parte sádica, puesto que hay personas que tirando algo en un espacio público o privado (ajeno de sí y perteneciente a alguien más) les genera cierto placer al tener una referencia del enojo o del descontento del afectado, esto encierra una clara (y consciente) intención de dañar o perjudicar a un tercero tal y como sucede también con los “grafiteros” siendo este caso parte de un tipo de sublimación de especial connotación debido a que hay una combinación de una expresión pseudo-artística que lo atañe a la cultura, pero que va contra los valores de la misma al trasgredir los intereses de otro en cuanto a la propiedad privada. En este sentido se nota claramente que las pulsiones tienen una satisfacción por varias vías, en una sola actividad pueden fusionarse 2 o más metas. Regresando a aquellos que alcanzan una satisfacción por medio del ‘desafío’ inconsciente de tirar basura en un lugar que saben es ajeno y/o prohibido, la meta sádica está en relación con ese Otro que refleja un tipo de autoridad o simplemente alguien con el cual se podrían confrontar (otro diferente); las referencias más próximas son los padres, como aquellas entidades coercitivas y con las cuales no se alcanzó una identificación positiva o deseable, por lo que, en un momento de la primera infancia, 3 o 4 años, se hubo experimentado un placer específico sobre una acción que representó la transgresión de una restricción parental y que además generó el disgusto de alguno de los progenitores o tutores, esa situación pudo ser viable a encadenarse con otro hecho igualmente placentero como lo pudo ser un sadismo oral (en el pasado) como morder el pezón de la madre generándole dolor a la misma, o causar algún otro tipo de dolor en alguien más y que en su acción haya generado placer. Los casos más notables son aquellos que tiran basura hacia dentro de una casa, en la batea de una camioneta, o en un lugar donde exista algún letrero prohibiendo el desecho de basura.

         Un tipo de acciones comunitarias que se han visto últimamente son aquellas en donde las personas dejan sus desechos ‘de la semana’ en esquinas, postes, terrenos baldíos, o algún otro tipo de lugar común en la colonia para que el carro de la basura los recoja. Este es un hecho cotidiano en ciudades como Puebla, donde el carro recolector pasa cada tercer día, y es una práctica aceptada por los habitantes; pero en Oaxaca donde se tiene el hábito de esperar el carro y tirar los desechos directamente al mismo, cuando la oficina de limpia tiene problemas y no cumple con su servicio, las personas salen a dejar sus desechos a las calles, juntándolos y haciendo un montón de basura que se agranda día a día hasta que el carro recolector pase. Esta situación también se relaciona con la idea de un “castigo” hacia las autoridades; esta necesidad de rebelarse contra las figuras de autoridad viene a partir de una identificación defectuosa, que si bien en una república ‘democrática’ es viable que los ciudadanos exijan y se manifiesten contra sus gobernantes, qué pasa cuando éstos que surgen de la misma cultura y son los propios vecinos los que no prestan atención a las necesidades de su pueblo; luego entonces pareciera no existir una empatía de aquellos que se vuelven responsables del gobierno con las necesidades de sus congéneres, llevando a cabo una omisión que, haciendo un análisis superficial estaría del lado de las necesidades personales que pasan encima de los compromisos sociales asumidos con el cargo, y esto conllevaría la idea de la pobre identidad que tienen muchos oaxaqueños y mexicanos con su propia tierra, este análisis lo hace Octavio Paz en su libro “El laberinto de la soledad”.

         Finalmente, en una gran cantidad de habitantes no hay una conciencia social, como se mencionó líneas arriba no existe una identificación con su ciudad de residencia siendo ajena a sus problemas, y por otro lado, se podría también suponer que un porcentaje de estas personas igualmente descuidan de su casa, de los que los rodean y de sí mismos; yéndonos entonces a esa configuración del mantenimiento psíquico del principio del placer sobre el principio de realidad, existiendo esa fijación infantil donde no se hacía caso de sí mismo esperando recibir ‘todo’ de los demás sin proporcionar nada a cambio.

         Dos cosas últimas que se pueden tratar en este escrito, la flojera y la suciedad. En cuanto a la flojera regresamos al hecho del principio de placer, hay una deficiente ligazón libidinal con satisfacciones sublimadas y del orden del trabajo y de la identificación con una figura adulta que preste atención a la productividad y la funcionalidad. De igual manera puede existir una represión intensa que le conlleve al individuo un gasto de energía psíquica considerable, lo que lo hace sentirse agotado, tenso, ansioso o incluso enfermo físicamente. En cuanto a la suciedad se refiere, tal como se refirió anteriormente es viable pensar en una fijación anal y una sublimación de la satisfacción sexual de la expulsión; se podría pensar igualmente que existe esa confrontación contra los mandatos parentales de limpieza, obteniendo una gratificación en eso. La basura y la suciedad en las calles reflejan la dinámica psíquica de nuestra cultura, la pobreza en la organización de los pueblos y la poca pertenencia que tenemos los ciudadanos de nuestro país unos con otros (incluyendo los mexicanos que ‘gobiernan’, los mexicanos gobernados y los ‘ingobernables’).
 

INTRODUCCION

Siempre hay una tendencia a generar nuevas ideas, nuevas conexiones que nos hagan mejorar las significaciones que tenemos de la vida, y así como las pulsiones que son constantes, así, el espíritu creador y generador de nuevas perspectivas puede ser un impulso que descansa poco. Este espacio se ha generado por la necesidad de transmitir diversas ideas sobre problemáticas que aquejan a nuestra sociedad contemporanea, donde parecieran existir tantos problemas que las preocupaciones de los individuos están presentes a diario. Ante este panorama, muchas veces necesitamos saber qué es lo que está generando todos aquellas incidencias que nos aquejan, esto nos podría llevar a soluciones, a cambiar nuestro proceder y apuntar por nuevas formas de pensar, de ser, de interpretar la realidad.

El psicoanálisis es una teoría que nos brinda una perspectiva acerca del funcionamiento psíquico, de aquella subjetividad que es difícil de percibir con pensamientos corrientes, y que sólo es asequible gracias a la causalidad de las circunstancias presentes y que son asociadas a todos los pensamientos que puedan surgir en algún momento dado. Y si bien es cierto que desde su aparición ha creado controversia, es una forma más de explicar nuestro devenir.

Este espacio pretende acercar a los problemas actuales a la comprensión a partir de los principios psicoanalíticos, pero asímismo convocar ideas y apuntalar conocimientos con otros enfoques de la psicología general y la psicoterapia que pueden enriquecer nuestro quehacer y entendimiento.

Ericel Vásquez Moreno
13 de Marzo de 2011